Como si fuera la primera vez
La llegada de un bebé a la familia suele ser como una montaña rusa de emociones y preocupaciones, es un gran reto donde solemos sentir temor, emoción, ansiedad y preocupación.
Es conmovedor ver cómo suelen verse un poquito tontos cada vez que se preocupan y van corriendo a verlo si es que no hace bulla durante cinco segundos para ver si está respirando, es gracioso ver a mi papá recibir rayos de orina en la cara cuando cambia un pañal de mi hermanito; suele ser un desastre cuando no tiene pañitos o papel higiénico a la mano y la ropa que recién le estaba poniendo acaba mojada. Al ver su cara por fin conozco el significado de la palabra desesperación. Mi mamá suele tener cara de zombie lechero porque es la única provisión de alimento para mi hermanito y tiene que estar disponible básicamente 18 horas diarias.
A veces no comprendo por qué mis papis no me dejan casi ni tocar o acercarme más de medio metro a mi hermanito si yo sólo quiero jugar lucha libre con él y jugar a los vengadores o Power Rangers, esperé mucho por un hermanito, aunque en realidad sólo quisiera abrazarlo y acariciar su cabecita. Mis papás ya no me dedican el mismo tiempo que antes y a veces estoy triste, pero saben, comprendí algunas cosas; aunque pedía a Dios que mi hermanito naciera hablando y de mi tamaño para jugar, pronto, en más de 40 días -que es hasta donde sé contar- podrá jugar conmigo.
Además, mi hermanito es lo máximo porque cuando llegó me dieron algo envuelto en papel de regalo. A que no saben qué era. Obvio, era un regalo y estaba todo envuelto, fue un juguete alucinante; lo que tanto quería y aunque no lo crean el que me lo dio fue mi hermanito. Bueno, eso me dijeron mis papis y aunque me cuesta entenderlo yo sé que así fue, la llegada de mi hermanito me trajo mi juguete favorito y además alguien a quien cuidar. Cuando mi papi se vaya a trabajar, yo seré el hombre de la casa.
Sé que muchos papis se emocionan tanto con la llegada de un bebé, que se desvelan. Abundan las caras de tonto y las mamás zombie; pero saben, yo veo todo desde dentro y puedo darles algunos consejos: no se desesperen si es que no lo escuchan, pronto descubrirán que los bebés sobreviven.
Durante el día, abran las ventanas y dejen entrar la luz del sol, un bebé debe saber cuándo es el día y cuándo es la noche. Un gran consejo es que sepan que no tienen que eliminar hasta el sonido de los grillos porque los bebés se adaptan a la bulla y mientras más pronto lo hagan mejor. Eso significará que en la noche no se despertarán ante el menor sonido y saben qué, eso significa más horas de sueño profundo para ustedes.
Aquí va un gran consejo que podría marcar la diferencia entre despertarse cada media hora durante la noche y tener unas respetables 5 horas de sueño profundo: es importante que en las primeras semanas, el bebé esté muy abrigado, sobre todo ahora, con estos vientos de aire frío y súbito . Incluso no recomiendo acostarlo en su cuna las primeras dos semanas, se sentirá desprotegido y frío, háganlo dormir muy abrigado en la cama de ustedes al medio. Puede ser en una cosa que se llama Simón, o perdón, ¿cómo era?, claro era Moisés, eso puede estar al medio de ustedes y podrán dormir con el bebito sin el temor de aplastarlo y hacerlo papilla. Ojalá sigan mis consejos y Dulces Sueños.
Adiositoooo.
Risos